Pensemos en placeres subestimados.
Uno del que he sido consciente estos días: el que experimentas cuando haces una recomendación a un amigo y das en el clavo:
– Oye, por fin he estado en el restaurante que me dijiste.
– ¿Y...? ¿Bien?
– ¡Qué maravilla! ¡Tenías razón!
¿Te has fijado en lo bien que nos hace sentir que alguien aprecie nuestras recomendaciones?
Tiene gracia: cuanto más avanzados son los “algoritmos” y más afinan las inteligencias artificiales, más valiosas se vuelven las recomendaciones humanas.
¿Has visto el desastre en el que se ha convertido webs como Booking, Tripadvisor y similares? Las prisas de estas empresas por ganar pelas están a punto de hacer inútiles sus webs.
Si buscas un hotelito no muy caro en Zahara de los Atunes, nada sustituye a la recomendación de ese compañero de trabajo majo que estuvo allí en Semana Santa.
El verano es la época de las recomendaciones:
el acceso a una playa secreta, un chiringuito con buena comida y poca gente, dónde aparcar en tu ciudad, un gadget de camping que has descubierto en Decathlon…
Hacer más fácil la vida de nuestra gente nos da placer.
Recomienda “El trapiche”.
Podrías escuchar “¡buah, esa newsletter es genial! ¡Y todo gracias a ti!”. Probablemente no, pero no cierres la puerta a ese placer.
Y me voy ya, no si antes recomendarte que recomiendes “El trapiche”. No desdeñes ese placer.
Trapicheo de ideas para una TV más sabrosa.
–Buá, chaval –dice Howard Carter mirando por el agujero en la pared que sella la tumba. Han pasado 3247 años desde la muerte del rey adolescente Nebkheperure, que hoy conocemos como Tutankamón, así que Carter tiene motivos para flipar. Ante él, intacta después de un viaje en el tiempo que ha durado 32 siglos, la tumba del joven rey. –Si ya es jodido encontrar mesa en terraza un viernes por la tarde, imaginen una tumba del año catapún –declara Carter en rueda de prensa. El descubrimiento de...
Holahí. ¿Has oído hablar de esas lenguas africanas que utilizan chasquidos y otros sonidos con la boca? Para nosotros son tan extrañas que hemos tenido que inventar una forma de representar esos sonidos. Por ejemplo, el nombre de este pueblo se escribe !Kung. Es poco probable que hoy te encuentres con un !Kung, pero sí tendrás contacto con otras muchas culturas: un pakistaní te venderá una funda de móvil una ucraniana te mirará esa caries un chino te venderá una maceta en su bazar una...
Holahí. En pocos días, volverá la vida. Se acabará esta tregua. En pocas semanas, el verano parecerá muy lejano. En pocos meses, empezaremos a anhelar otro verano. Y así se escurre la vida. Haciendo cuentas. Masticando nostalgias. Anhelando porvenires. Cada final de agosto me pongo una lista de tareas para "la vuelta". Mira mi primera: Vive el presente, ¡mamón! ¿Has visto esto? Tolstoy es una herramienta de curioso nombre y seguro que muchas aplicaciones para nuestro oficio de contar con...